Por mala disposición. Solo el 0,3% de las bolsas, botellas, sorbetes, tecnopor y demás plásticos que recogen las municipalidades es recuperado, asegura el Minam. Mientras que el 43,7% termina en un botadero, ríos y por ende en los mares.
El problema de los plásticos en el país va más allá del
uso indiscriminado de bolsas, cañitas y envases de tecnopor. Al ser
todos ellos elementos que tardan hasta 500 años en biodegradarse, su inadecuado manejo y disposición final también debería preocuparnos.
De acuerdo con el Balance de Plástico en el Perú para el 2016 (ver infografía) realizado por el Ministerio del Ambiente (Minam),
al año los peruanos compramos alrededor de 947 mil toneladas de este
producto (en diferentes formas), de las cuales 74,8% se convierte en basura
y termina en una bolsa, junto a otros tipos de desperdicios, frente a
nuestras casas, hasta que los trabajadores municipales la recogen.
¿Y después, a dónde?
Si bien el 56% de dichos residuos es trasladado a un relleno sanitario, considerado como lugar formal de almacenamiento de la basura; solo el 0,3% del total del plástico que desechamos los peruanos se recupera para ser reciclado.
Mientras
que el 43,7%, equivalente a 309 mil toneladas, termina en un descampado
o botadero a cielo abierto, es quemado, o peor que ello, arrojado a los
ríos y por consecuencia termina en el mar, matando a nuestras especies.
"La
brecha de infraestructura es bastante grande. Hemos estimado que
necesitamos 250 rellenos sanitarios, pero solo tenemos 30, y la mayoría
están en Lima", señala Giuliana Becerra Celis, encargada de la Dirección
General de Gestión de Residuos Sólidos del Minam.
Por
el contrario, se sabe que al finalizar el año pasado el Organismo de
Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA) identificó más de mil 400 botaderos informales.
Ante esta situación, la propuesta de Ley sobre plásticos
presentada por el Minam al Legislativo no solo pretende minimizar la
utilización de artículos de un solo uso sino que también pretende
mejorar la gestión de este tipo de residuos, fomentando el reciclaje.
"Se busca que para fabricar las botellas se use mínimo 20% de material reciclado; eso quiere decir que menos plástico
irá a los rellenos o botaderos y que se empezará a valorizar este
producto, fomentando una economía circular", añade Becerra Celis.
Pero
esto no se logrará si es que las municipalidades, responsables del
manejo de los residuos sólidos, no implementan en su comunidad la
segregación adecuada de los residuos, capacitando a sus vecinos en la
separación de los desechos. A la fecha, solo el 13,4% de municipios (son
1.200 en total) realizaban esta labor.
Cabe señalar que debido a la inadecuada disposición final de los plásticos, cada año ocho millones de toneladas de este material
acaba en los mares y océanos del mundo, causando -según la Unesco- la
muerte de más de un millón de aves y de 100 mil mamíferos marinos.
Se debe trabajar en la cultura ciudadana
El
especialista Erick Concepción, de la ONG Kuskalla Wayra Llimpu,
concuerda en que el problema de la disposición de basura plástica en el
país está relacionado con el reducido porcentaje de municipalidades que
cumplen con la segregación de los residuos. "Los municipios tienen que
empezar a trabajar en una propuesta de segregación de basura para que solo la materia orgánica, es decir, la que se descompone, vaya a los rellenos sanitarios", precisa.
Concepción añade que la contaminación ambiental es un problema que debe abordarse en conjunto y un punto importante a trabajar es la cultura ciudadana.
En menos de un año, Colombia ha logrado disminuir en 35% el consumo de las bolsas de plástico, informó ayer el presidente Juan Manuel Santos. Allá se cobra 20 pesos por cada bolsa que solicita el cliente.
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